Una nefrectomía es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se extirpa total o parcialmente un riñón. Se llega a este punto porque el órgano, por diferentes causas, ha resultado lo suficientemente dañado como para reaccionar a algún tratamiento. Tal y como el nombre lo indica, una nefrectomía radical implica el retiro total del riñón, mientras que la parcial quita tan solo un fragmento.
En este último caso, la nefrectomía parcial, el cirujano retira el segmento de tejido dañado, preservando las nefronas y conservando el tejido sano. A contravía, en la nefrectomía radical, se retira no solo el riñón sino la conexión a la vejiga, el uréter, así como la glándula suprarrenal y los ganglios linfáticos.
¿Cuándo se hace una nefrectomía?
Hay distintas oportunidades en las que el médico determinará cuándo se hace necesario hacer una nefrectomía parcial o una nefrectomía radical. Algunas de ellas son:
- Tratamiento del cáncer del riñón. La aparición de una patología neoplásica en el riñón obliga en muchas ocasiones a intervenir para retirar por completo el órgano.
- Extirpación de un tumor benigno. La formación de lesiones ocupantes de espacio en los riñones también implica como parte del tratamiento la extirpación de la zona del riñón donde se encuentren.
- Nefrectomía de donante. Cuando se va a extraer un riñón sano de un donante para injertarlo en un receptor, también hay que practicar una nefrectomía radical.
¿Cómo se realiza una nefrectomía?
El abordaje de la nefrectomía parcial o radical se realiza en el quirófano, bajo anestesia general. El procedimiento puede durar de una a tres horas, dependiendo de la complejidad de las lesiones. Por otra parte, hay dos formas de realizarla:
- Nefrectomía abierta. Es el método tradicional en el cual el cirujano hace una incisión lateral en la parte baja del abdomen para acceder a la zona de los riñones.
- Nefrectomía por laparoscopia. Con varias incisiones para la inserción de instrumentos, el médico se apoya en un equipo de video.
- Nefrectomía laparoscópica con asistencia de robot. Es una laparoscopia con equipos más avanzados, con los cuales se logran incisiones más pequeñas y con mayor resolución en imágenes que permiten una mayor precisión en los cortes.
Diagnóstico del daño renal
Hay diferentes métodos mediante los cuales el urólogo y el nefrólogo estudian a fondo el riñón para determinar el daño y saber si el paciente es candidato a una nefrectomía parcial o una nefrectomía radical. El diagnóstico por imágenes es fundamental en este caso, requiriendo:
- Tomografías
- Resonancias magnéticas
- Ecosonograma.
Los exámenes de laboratorio también aportan datos al médico sobre las condiciones del riñón reflejadas en la orina. Un estudio preoperatorio completo de los valores como tensión arterial, factores de coagulación, hemoglobina y química sanguínea también es necesario para prevenir cualquier complicación operatoria.
El postoperatorio
Tanto la nefrectomía parcial como la nefrectomía radical requieren el paso por el quirófano, el uso de anestesia general y la hospitalización. Luego de la cirugía, el paciente estará en recuperación para monitorear sus signos inmediatamente después de la operación.
Además, el médico indicará la administración de analgésicos y antibióticos por vía venosa para prevenir infecciones y controlar el dolor. La recuperación total del paciente dependerá de su salud previa general, de si tiene algún tipo de patología de base y del seguimiento del tratamiento. El paciente tendrá una sonda vesical durante el tiempo que el médico considere.
El cuidado de los riñones y el chequeo anual
Los riñones son órganos vitales que pueden cuidarse con sencillos cambios en el estilo de vida. La hidratación permanente y adecuada, así como también el retiro de la dieta de ciertos alimentos y productos irritantes son tácticas fundamentales para su cuidado. Por otra parte, el ejercicio físico, evitar el alcohol y erradicar el uso del tabaco y del consumo del azúcar reducen el riesgo de enfermedad renal.
El chequeo urológico anual
Otra herramienta fundamental es el chequeo urológico anual. Acudir al urólogo cada año para revisar la función renal, la salud genital del hombre, así como el estado de próstata, vejiga y uretra es de gran ayuda en la prevención de patologías. La orina avisa que algo no está bien, por eso ante el más mínimo síntoma, acude a tu urólogo de confianza para revisarte. No te descuides.
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Cemsi Especialidades Oncológicas
Pedro Maria Anaya 1905, Chapultepec Culiacán.